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Qué son los swaps de los ayuntamientos

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En los últimos tiempos el léxico financiero español ha ido creciendo a pasos de gigante, en pocos años hemos aprendido lo que son las cláusulas suelo, las preferentes, las agencias de rating, las hipotecas multidivisa, la prima de riesgo… Pero sigue habiendo un concepto en ese vocabulario que nos causa dolor de cabeza, y ese es el swap, más si cabe ahora que ha saltado el escándalo de los swaps en los ayuntamientos.

Los swaps son seguros financieros que los bancos utilizan para cubrir las posibles pérdidas que puedan tener con las fluctuaciones del mercado. Aunque fueron comercializados en muchos casos como «seguros de cobertura de riesgos», en realidad solo cubren los riesgos de la entidad, la mayoría tienen un alto grado de sofisticación y en otros contienen cláusulas poco transparente, incluso «tramposas».

El escándalo saltó con el ayuntamiento de Madrid, aunque en Europa son muchos los países que han llevado este tipo de prácticas hasta los parlamentos. En Madrid los swaps contratados por el ayuntamiento suponía un sobreendeudamiento de 247 millones de euros anuales. En plena burbuja inmobiliaria estos productos se comercializaban sin miramientos y aseguraban la financiación de grandes proyectos. Pero, ¿cómo es posible que no hayan aparecido hasta ahora?

Indignación en Europa

Los swap han sido uno de los principales problemas a los que se han enfrentado Francia, Italia y Portugal durante la crisis. En estos países el escándalo ha tenido repercusiones mayores de las que ha podido tener en España el tema de las preferentes. En Portugal el equipo económico del Gobierno tuvo que dimitir en bloque tras conocerse que habían contratado productos con swaps que estaban produciendo unas pérdidas enormes a la nación. Milán lidera los pleitos contra los swaps en Italia y la ciudad de Leipzig tumbó la legalidad de los swpas de UBS.

Francia vivió el peor escándalo dentro de Europa con los swaps. Algunos ayuntamientos comenzaron a dar la voz de alarma, pero fue el caso de Saint-Etienne el que saltó a la palestra cuando Deustche Bank le reclamó la cantidad de 1,18 millones de euros en 2010. Se calcula que de los 72.000 millones de euros que destina el país a obra pública, 26.000 millones están ligados al pago de estos productos.

Un solo banco

La explicación de este fenómeno se debe a la supremacía de un solo banco en la financión de las obras públicas del país galo. Dexia, la entidad francobelga, fue la encargada de las financiaciones de los grandes proyectos públicos. Tras el estallido de los swaps, Dexia quebró, se tuvo que crear un banco malo y la bueno se lo rebautizó como Belfius.

Crèdit Agricole y Société Générale son también acreedores del ayuntamiento de Madrid, de ahí que el consistorio se vea agobiado con el pago de estos productos tóxicos, sin embargo, tampoco hay que desviar las miradas ya que en nuestro país BBVA y Banco de Santander también han abusado de los swaps en sus contratos de préstamos.

Madrid, al igual que otro municipios españoles, siguió la estela europea, durante la burbuja inmobiliaria los consistorios buscaron formas alternativas de financiación tratando de escapar de las que ofrecía el Gobierno y que suelen estar limitadas y muy controladas, de esta forma contrataban estos productos con las entidades financieras.

Resultados de las demandas

La carga financiera que suponen los swaps se volvió inasumible ya entre 2009 y 2010, fue entonces cuando comenzaron a plantearse los litigios entre las alcaldías y los bancos. Muchos de estos litigios comienzan a salir este año, la mayoría en Londres, pues los ayuntamiento engañados por los bancos firmaron los contratos bajo la ley británica. Otros siguen estancados en una maraña de recursos.

En Italia el caso más sonado es el de Milán que ha conseguido llegar a un acuerdo con la entidad para retirar el swap. Otros municipios en Francia e Italia han conseguido también la retirada de los swaps y esta misma semana comienza un juicio en Londres contra Santander por un swap colocado a Sociedad Pública de Transportes de Oporto.

¿Por qué ahora?

El cambio propiciado tras las últimas elecciones ha motivado que muchos de los contratos firmados por los anteriores gobiernos hayan sido expuestos a análisis encontrándose con muchos de estos productos tóxicos que suponen un elevado sobrecoste.

Los expertos coinciden en que estos productos se colocaron de forma sistemática a todos los municipios y que Madrid es solo la punta del iceberg de lo que está por venir.

 

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