¿Sabes qué es un swap? Los swap son contratos entre dos parte mediante los que se intercambian flujos de caja. Como ha sucedido con otras malas prácticas, la crisis financiera dejó al descubierto este producto que parece sencillo pero que, en realidad, no lo es tanto.
¿Qué son los swap?
El swap aparece en el mercado en los años 70. Se crea por primera vez en los mercados de divisas a través de técnicas de préstamos paralelos o préstamos back to back.
Se trata de una especie de seguro financiero frente a subidas repentinas de los tipos de interés. Los swaps son un tipo de contrato muy complejo, que utilizan las empresas a la hora de realizar ciertas inversiones o compras a crédito. El motivo de este contrato es protegerse de las subidas inesperadas de los tipos de interés.
El swap como producto derivado
Los contratos de swap son productos derivados, que sirven para hacer frente a posible subidas de interés. El swap, aunque desconocido por el público general, es muy utilizado en el mundo de las financias para proteger carteras de interés. Se trata de un instrumento de alto riesgo, que debería ser usado solo por inversoristas cualificados.
Son productos de alto riesgo que intercambian un tipo de interés fijo por uno variable. Lo habitual es que se contrate cuando se está endeudado a un tipo de interés variable, para protegerse de subidas por encima de un interés determinado a cambio de no poder beneficiarse de las bajadas. Es decir, el tipo de interés se quedará congelado a cierto nivel.
Se obliga a la entidad a pagar el diferencial si el tipo de interés sube al máximos fijado y al cliente a pagar la diferencia en caso de que baje.
Los swap en la hipoteca
Algunas entidades financieras han estado colocando hipotecas con swaps. Por norma general ocultaban la realidad bajo nombres como «seguro de cobertura», «bono clip», «cuota segura» o «permuta financiera».
Puede parecer interesante contratar este tipo de hipoteca, sobre todo, cuando los tipos de interés han bajado mucho y puede haber un cambio de políticas que obligue al Euríbor a subir.
Los swaps han sido especialmente nefastos por el momento en que se comercializaron. Las entidades aprovecharon que el Euríbor estaba en su mejor momento para colocar estos productos. Los bancos sabían que el índice se iba a desplomar y se aprovecharon de la ignorancia de sus clientes.
Hipotecas más caras por los swaps
El único escenario en el que un swap es aconsejable, sería un momento como el actual, en que el Euríbor está en mínimos. Si los tipos están altos, contratar swaps saldrá muy caro para el cliente.
Los contratos de swaps en hipotecas son una tomadura de pelo, porque los riesgos no son equitativos. El cliente siempre suele pagar el máximo, mientras que la entidad rara vez paga nada.
¿Debo reclamar por un swap?
En estos casos el cliente debería reclamar que le devuelvan el dinero perdido en swaps pues el banco obra de mala fe. Las entidades no pueden colocar este tipo de productos complejos a clientes.
En este caso la campaña de colocación de swaps empezó con el Euríbor en máximos, pero con una previsión clara de grandes bajadas. Todo esto implica una mala práctica, puesto que han obrado con mala fe, conociendo las consecuencias que los swaps tendrían.
Otro aspecto importante de los swaps es que, generalmente, no aparece en las escrituras, pues no es una condición del contrato. La entidad obligaba al cliente a firmar un contrato anexo.
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